Tu valor no depende de cuánto alguien te mire, te elija o te quiera. Vales por lo que eres, por lo que llevas dentro, por lo que construyes cada día con tu esencia única. No necesitas perseguir a nadie, demostrar tu valía ni esperar que alguien más te otorgue el lugar que ya es tuyo por derecho.
Quien de verdad quiera estar contigo, estará sin que tengas que insistir. Quien realmente valore tu presencia, te lo demostrará sin que tengas que mendigar atención. Así que deja de correr detrás de lo que no suma, de lo que no te ve, de lo que no te corresponde.
Camina firme, con la certeza de que mereces respeto, amor y reciprocidad. Y cuando dejes de poner tu energía en lo que no te elige, abrirás espacio para lo que realmente está destinado para ti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario