Si tú no te tratas con amor, ¿quién lo hará de la manera en que realmente lo mereces?
El amor propio no es solo una idea bonita, es la base de todo. Es el reflejo de cómo permites que otros te traten, de cómo enfrentas la vida, de cómo decides cuidar de ti misma. Si tú no te hablas con ternura, si tú no te das paciencia, si tú no te respetas, será más difícil que alguien más lo haga genuinamente.
Ámate sin condiciones, sin peros, sin esperar que primero alguien más te valide. Cuídate como cuidarías a alguien que amas, mírate con la misma compasión con la que abrazas a otros. Porque cuando te tratas con amor, floreces. Y cuando floreces, todo lo demás empieza a acomodarse en su lugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario