La vida tiene una manera de equilibrar las cosas, aunque a veces parezca que la justicia tarda en llegar. Todo vuelve, porque nuestras acciones, nuestras intenciones y la energía que damos al mundo siempre encuentran el camino de regreso.
Las personas malas se destruyen solas, no porque alguien les castigue, sino porque aquello que siembran termina consumiéndolos. La mentira, la traición, el egoísmo y el daño que causan a otros, poco a poco, se vuelven contra ellos. Puede que tarden en notar las consecuencias, pero eventualmente, su propia oscuridad les alcanza.
Tú, en cambio, sigue sembrando bondad. Sigue actuando desde la luz, desde la sinceridad, desde el respeto. Porque aunque la vida a veces parezca injusta, el tiempo siempre pone todo en su lugar. Y cuando todo vuelve, lo que tú has dado será lo que te rodee.
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