Ahí es, donde la presencia se siente como un hogar, donde cada palabra fluye sin temor, donde el silencio no pesa. Ahí es, con quien te recibe con paciencia, con quien nunca te hace dudar de si estás de más, con quien cada parte de ti es bienvenida sin condiciones.
Quédate con quien te haga sentir que no le molestas nunca, porque el amor sano no conoce la incomodidad de ser un estorbo. El cariño genuino no mide espacios ni pone límites a tu voz. Con la persona correcta, no hay necesidad de disculparse por existir, por sentir, por necesitar.
Ahí es, donde la conexión es libre de cargas, donde puedes ser tú sin temor a que te aparten. Porque quien realmente te valora, nunca verá tu esencia como un peso, sino como un regalo.
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