La sanación es el primer paso antes de cualquier nuevo comienzo. Muchas veces buscamos amor, estabilidad o felicidad en el exterior, sin darnos cuenta de que todo empieza dentro de nosotros. No puedes construir algo sano sobre cimientos fracturados, ni esperar que alguien más llene los vacíos que solo tú puedes reparar.
Sanar primero significa mirarte con honestidad, enfrentar lo que duele, reconocer lo que necesitas y darte el tiempo para reconstruirte. Es un proceso, no una meta, y requiere paciencia, amor propio y voluntad. Solo cuando te permites sanar, puedes encontrar lo que realmente mereces: relaciones que sumen, caminos que te nutran y un bienestar que no dependa de lo externo.
No tengas prisa por llenar espacios. Dedícate a ti, porque cuando la sanación llega, todo lo demás empieza a acomodarse en su lugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario