Llegar a este punto en tu vida no es egoísmo, es claridad. Es reconocer que tu paz vale más que cualquier vínculo forzado, que las relaciones deben sumar, no restar.
Poner límites no es alejarse de todo el mundo, es seleccionar con consciencia quién merece estar cerca. Ya pasaste por suficientes pruebas, aprendiste que no todas las compañías son necesarias, y que no tienes por qué cargar con dinámicas que te desgasten.
Si alguien complica tu tranquilidad, es señal de que no debe quedarse. La vida es demasiado corta para invertir energía en lo que no fluye. Así que sigue firme en tu decisión: rodearte de personas que aporten luz y mantener distancia de quienes solo traen tormenta.
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