La esencia es aquello que nos define más allá de lo superficial. Es la chispa única que llevamos dentro, la manera en que sentimos, amamos y nos expresamos en el mundo. En tiempos donde la sociedad nos empuja a cambiar para encajar, mantener nuestra esencia intacta es un acto de valentía y autenticidad.
No cambies tu manera tan bonita de ser. Esa forma de ver la vida, de reír sin miedo, de ser sensible ante lo pequeño, de iluminar a quienes te rodean—eso es lo que te hace especial. No dejes que las circunstancias te obliguen a disfrazarte. Evoluciona, sí, pero que tu transformación sea un reflejo de tu crecimiento, no una negación de lo que realmente eres.
La esencia no se negocia, se celebra. Sigue siendo tú, porque el mundo necesita más autenticidad, más almas que brillen con su propia luz.
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