martes, 17 de junio de 2025

LA MUJER SUNAMITA - FE QUE NO SE RINDE

 ¡Qué historia tan poderosa y conmovedora! La “mujer sunamita”, aunque no conocemos su nombre, es recordada por su fe, hospitalidad y confianza inquebrantable en Dios. Su relato aparece en 2 Reyes 4:8–37 y nuevamente en 2 Reyes 8:1–6.


Resumen:

La sunamita era una mujer rica y generosa que vivía en Sunem. Reconoció que el profeta Eliseo era un hombre de Dios y le ofreció hospitalidad, incluso construyéndole un cuarto en su casa. Como recompensa, Eliseo profetizó que tendría un hijo, a pesar de su esterilidad. El niño nació, pero años después murió repentinamente. En lugar de rendirse al dolor, la sunamita buscó a Eliseo con determinación y fe. Él oró por el niño, y Dios lo resucitó. Más adelante, ella obedeció la advertencia del profeta sobre una hambruna y, al regresar, recuperó todas sus tierras por intervención divina.


Lecciones espirituales:


1. La hospitalidad abre puertas a bendiciones inesperadas.  

2. La fe verdadera no se rinde ante la tragedia, sino que corre hacia Dios.  

3. Dios honra la obediencia y la perseverancia silenciosa.


Preguntas para reflexionar:


- ¿Cómo puedes practicar una hospitalidad generosa como la sunamita?  

- ¿Qué haces cuando enfrentas una pérdida o una crisis inesperada?  

- ¿Estás dispuesto/a a buscar a Dios con esa misma determinación?


Aplicacion práctica:

Esta semana, identifica una forma concreta de servir a alguien en tu comunidad —ya sea con tu tiempo, tu hogar o tus recursos. Ora también por una fe que no se rinda, como la de esta mujer admirable.


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