*"La resiliencia se forja en las lecciones que la vida nos obliga a aprender, aunque duelan."*
A veces, las enseñanzas más profundas llegan envueltas en decepciones, en caídas, en golpes inesperados. Aprender a la mala no significa que hayas fallado, sino que tu crecimiento ha sido real, marcado por la experiencia y la fuerza que surge cuando decides no rendirte.
Cada tropiezo deja cicatrices, pero también sabiduría. Cada pérdida te enseña a valorar lo que realmente importa. Y cada dolor, aunque intenso, termina por moldearte en alguien más fuerte, más consciente, más decidido.
Hoy elijo ver mis heridas como señales de aprendizaje, no como derrotas. Porque la resiliencia no es solo seguir adelante, sino convertir cada lección difícil en un impulso para ser mejor.